La
causal de suspensión para los despachadores de aduana prevista en el numeral 9,
inciso b), del artículo 105º del T.U.O. de la Ley General de Aduanas, aprobado
por Decreto Supremo Nº 129-2004-EF, no resulta aplicable a las agencias de
aduana persona jurídica.
MATERIA:
Configuración
de la causal de suspensión prevista
en el numeral 9, inciso b), del artículo 105º del T.U.O. de la Ley General de
Aduanas, aprobado por Decreto Supremo Nº 129-2004-EF[1].
En
particular, se consulta si resulta aplicable la mencionada sanción a una
agencia de aduana persona jurídica.
BASE
LEGAL:
-
T.U.O. de la Ley General de Aduanas, aprobado por Decreto Supremo Nº
129-2004-EF, publicado el 12.09.2004 y sus normas modificatorias (en adelante
Ley General de Aduanas).
-
Ley General de Aduanas, aprobada por Decreto Legislativo Nº 1053,
publicado el 27.06.2008 (en adelante nueva Ley General de Aduanas).
-
Ley del Procedimiento Administrativo General, aprobada por la Ley Nº
27444, publicada el 11.04.2001 y sus normas modificatorias (en adelante Ley Nº
27444).
-
Código Penal, aprobado por Decreto Legislativo Nº 635, publicado el
08.04.1991 y sus normas modificatorias (en adelante Código Penal).
ANÁLISIS:
El
numeral 9, del inciso b), del artículo 105º de la Ley General de Aduanas,
tipifica como causal de suspensión para los despachadores de aduana el:
“Estar
procesado por supuesto delito cometido en el ejercicio de sus funciones, desde
la expedición del auto apertorio.”
Podemos
apreciar que el tipo infraccional bajo análisis debe reunir tres condiciones
concurrentes:
1.-
Calificación del sujeto activo: Despachador de Aduana,
2.-
El sujeto activo tiene auto apertorio por la comisión de un supuesto delito, y
3.-
El supuesto delito debe haber sido cometido en el ejercicio de sus funciones.
Cabe,
precisar que el artículo 94º de la Ley General de Aduanas establece que son
despachadores de aduana, entre otros, los agentes de aduana, los mismos que
acorde al texto del artículo 97º
de la Ley General de Aduanas[2],
pueden ser persona natural o jurídica. Conforme a ello, se estaría cumpliendo
la condición 1 enunciada en el párrafo precedente, en la medida que la agencia
de aduana persona jurídica constituye un despachador de aduana.
En
lo que respecta al cumplimiento de las condiciones 2 y 3, antes indicadas, debe
tenerse en consideración los principios jurídicos que rigen la configuración
de la infracción aduanera. Así tenemos, que conforme al artículo 101º de la
Ley General de Aduanas[3]
para que un hecho sea calificado como infracción, debe estar previsto en la
forma que establecen las leyes, previamente a su realización, dicha norma
puntualiza que no procede aplicar sanciones por interpretación extensiva de una
norma, lo antes indicado debe concordarse con lo dispuesto en el numeral 4 del
artículo 230º de la Ley Nº 27444 que regula el principio de tipicidad[4].
En
ese orden de ideas, debemos resolver si una agencia de aduana persona jurídica
es pasible de estar procesada (condición 2) por un supuesto delito cometido en
el ejercicio de sus funciones (condición 3), para cuyo efecto en principio es
necesario remitirnos al ordenamiento legal vigente y la doctrina penal.
Así
tenemos, que en lo que respecta a la actuación delictiva en representación de
una persona jurídica, el artículo 27º del Código Penal prescribe:
“Artículo
27º.- El que actúa como órgano de representación autorizado de
una persona jurídica o como socio representante autorizado de una sociedad y
realiza el tipo legal de un delito es responsable como autor, aunque los
elementos especiales que fundamentan la penalidad de este tipo no concurran en
él, pero sí en la representada.”
Sobre
el particular, y conforme a lo señalado en la Exposición de Motivos del Código
Penal, el precitado artículo 27º utiliza como fuente normativa el artículo 15º
del Código Penal Español[5],
por lo que según su texto, nuestro ordenamiento penal exige que concurran en la
persona representada y no necesariamente en el representante, las condiciones,
cualidades o relaciones que la correspondiente figura delictiva requiera para
ser sujeto activo.
Ahora
bien, si hemos establecido que conforme al artículo 27º del Código Penal la
actuación delictiva de una persona jurídica, en nuestro caso de una agencia de
aduana persona jurídica, sólo puede ser realizada a través de su
representante autorizado, es decir el denominado representante legal ante la
SUNAT[6],
resulta que la redacción del numeral 9, del inciso b) del artículo 105º de la
Ley General de Aduanas, deviene en imprecisa al haber omitido señalar que el
tipo delictivo deberá haber sido cometido por el representante legal de la
agencia de aduana persona jurídica en el ejercicio de sus funciones.
En
efecto, el mencionado numeral 9, del inciso b), del artículo 105º de la Ley
General de Aduanas a la letra señalada “estar procesado por
supuesto delito...” sin precisar quién es la persona que debe
estar procesada, en la medida que como se colige del precitado artículo 27º
del Código Penal y de la doctrina penal, por el principio de “societas
delinquere non potest”, las personas jurídicas por sí mismas no pueden ser
responsabilizadas penalmente porque no tienen capacidad de acción, son
incapaces de culpabilidad y de pena[7].
En este extremo, debe resaltarse que el mencionado principio es concordante con
la posición adoptada en nuestro ordenamiento legal, así los Artículos VII y
IX del Título Preliminar – Principios Generales del Código Penal, contemplan
el principio de responsabilidad penal y los fines de la pena y medidas de
seguridad, respectivamente, conforme a los cuales la pena requiere de la
responsabilidad penal del autor, es decir se requiere de la actuación de
una persona natural y por otro lado, se precisa que la pena tiene función
preventiva, protectoria y resocializadora, efectos de las penas que sólo pueden
recaer en una persona natural.
Conforme
a lo expuesto y considerando que tal como se ha señalado en el presente
informe, que la precitada infracción aduanera de naturaleza administrativa se
rige por el principio de tipicidad, no resulta procedente interpretar que la
infracción bajo análisis está referida a la actuación del representante
legal de la agencia de aduana persona jurídica, porque ello equivaldría a
hacer una interpretación extensiva del numeral 9, del inciso b), del artículo
105º de la Ley General de Aduanas, lo que atenta contra el principio de
legalidad recogido en el artículo 101º de la Ley General de Aduanas.
Corroborando
lo antes expresado, es de resaltarse que el nuevo texto de la infracción bajo
análisis, regulado en el numeral 7, del inciso b), del artículo 194º de la
nueva Ley General de Aduanas, señala
expresamente que en el caso de las personas jurídicas, la sanción de suspensión
por estar procesado por delito en el ejercicio de sus funciones se aplica cuando
alguno de sus representantes legales se encuentre procesado por delito en
ejercicio de sus funciones, desde la expedición del auto apertorio.
La
causal de suspensión para los despachadores de aduana prevista en el numeral 9,
inciso b), del artículo 105º del T.U.O. de la Ley General de Aduanas, aprobado
por Decreto Supremo Nº 129-2004-EF, no resulta aplicable a las agencias de
aduana persona jurídica.
Lima,
08 Mayo 2009
Original
firmado por
José
E. Molfino Ramos
Gerente
Jurídico Aduanero (e)
Intendencia
Nacional Jurídica
[1]
Supuesto infraccional tipificado en el numeral 7, del inciso b) del artículo
194º de la nueva Ley General de Aduanas.
[2]
Supuesto regulado en el artículo 18º de la nueva Ley General de Aduanas.
[3]
Principio regulado en el artículo 188º de la nueva Ley General de Aduanas.
[4] “Artículo
230º - Principios de la potestad sancionatoria administrativa:
...
4.- Tipicidad.- Sólo constituyen conductas sancionables administrativamente las infracciones previstas expresamente en normas con rango de ley mediante su tipificación como tales, sin admitir interpretación extensiva o analogía...”
[5]
Adicionado por la Ley Orgánica 8/1983 española.
[6]
Artículo 98º de la Ley General de Aduanas dispositivo legal aplicable al
tipo infraccional bajo análisis..
[7]
Pablo H. Medrano en Delito de
Contrabando y Comercio Exterior, Lerner Libreros, Buenos Aires, 1991,pág.
147 y ss.